Bethani y Tim sabían que no lo iban a tener fácil; la vida iba a ser dura y, por suerte, no estaban solos. Para hacerles la vida más fácil, las primeras semanas decidieron irse a vivir con los padres de Tim.
Esto ayudaría a los padres primerizos, también facilitaría las cosas a los bebés y, sin duda, contribuiría a crear un fuerte vínculo entre los cuatro y su abuela. No fue la única ayuda que recibieron Bethani y Tim.
Un comienzo normal
Lo que empezó como una relación normal entre dos personas pronto se convirtió en la extraordinaria historia que estás a punto de leer. Esto no es algo que se vea todos los días.
Se suponía que la apasionante etapa vital de convertirse en padres iba a cambiar sus vidas para siempre. Ojalá hubieran sabido lo que el futuro tenía preparado para ellos.
Que comience la vida
La historia de amor entre Bethani y Tim empezó hace muchos años. Se conocieron en el colegio y se casaron cuando eran unos veinteañeros. Todo iba perfectamente entre ellos.
Al igual que muchas otras parejas, todo entre ellos iba según lo previsto. Salieron durante varios años, se graduaron juntos, se casaron y tenían por delante un futuro brillante y emocionante, no obstante, no todo marchaba como lo habían planeado.
¿Qué viene ahora?
Bien entrados en la veintena, la pareja empezó a hablar sobre la próxima etapa de sus vidas y sobre ampliar la familia. Bethani deseaba con todas sus fuerzas ser madre.
Su rutina vital era sólida y estable y el deseo de tener un hijo se convirtió en algo completamente lógico para ellos. Estaban a punto de pasar a la siguiente fase de su vida, la cual les embarcaría en un viaje que nunca olvidarían. Las cosas estaban a punto de torcerse.
Un nuevo comienzo
Poco después de la boda Bethani se quedó embarazada. Todo pasó mucho antes de lo que ellos habían planeado, sin embargo, asumieron las buenas noticias y empezaron a prepararse para lo que estaba por llegar.
Lo que descubrieron más tarde les dejó sin palabras. Una ecografía podía conseguir que su mundo entero se tambalease, era algo para lo que ninguna pareja podía prepararse.
Descubrieron que iban a ser padres
Al principio, cuando descubrieron que Bethani estaba embarazada la pareja estaba pletórica. Estaban viviendo un auténtico cuento de hadas y nada podía salir mal.
Todo en su día a día giraba en torno a la pequeña criatura que crecía en su interior y, cuando concertaron una cita en la clínica para hacerse la primera ecografía, sus emociones se desbordaron.
La primera ecografía
Ver a tu bebé en la pantalla por primera vez puede resultar muy abrumador; también puede ser bastante preocupante, ya que no sabes realmente lo que está pasando ahí dentro.
Bethani estaba esperando a que el médico le asegurara que todo iba bien y que su bebé estaba sano y se desarrollaba correctamente. Pero se llevó una sorpresa.
La primera imagen
Estaba tumbada en la cama de la clínica, esperando a que la enfermera viniera a hacerle una revisión, Tim estuvo a su lado todo el tiempo. Le resultaba muy difícil ocultar cómo se sentía.
La futura madre vio por primera vez la imagen de su bebé en la pantalla y una gran sonrisa se le dibujó en la cara. Pronto se le borraría esa sonrisa y Bethani tendría que enfrentarse a la sorpresa inesperada que se le venía encima.
Siempre que estuviera a salvo
La enfermera empezó a preguntarle a Bethani sobre el historial médico de su familia, quería tener una imagen más clara sobre su historial clínico.
Le preguntó si sabía de algún parto múltiple en su familia y si había gemelos por parte de ambos. Este cuestionario les resultó extraño a Bethani y Tim.
No tenían contexto
La pareja no tenía constancia de ningún embarazo múltiple ni de gemelos en sus familias. Todo esto les hizo cuestionarse por qué la enfermera preguntaba tanto y contestaba tan poco.
La enfermera pidió a Bethani y Tim que miraran la pantalla, todas sus preguntas estaban a punto de encontrar respuesta. Pronto todo se aclararía y se encontrarían la pieza que faltaba en el rompecabezas.
Temiéndose lo peor
Como era el primer embarazo de Bethani, no sabía muy bien qué esperar, pero lo que apareció ante sus ojos no era en absoluto lo que imaginaba.
La enfermera se volvió entonces hacia la pantalla. Señaló al primer bebé, luego señaló al segundo, a continuación, mostró a Bethani y Tim el tercero, y finalmente, mostró el cuarto y último. Bethani esperaba cuatro bebés.
Cuatro bebés
Bethani no sabía cómo asimilar la noticia, era algo para lo que no se había preparado. Necesitaba a su marido a su lado, necesitaba su apoyo, sin embargo, a él le estaba costando aún más aceptar el gran anuncio.
Todo iba en contra de las estadísticas. Las probabilidades de que una familia sin antecedentes de embarazos múltiples tenga uno son casi de una entre un millón. ¿Quién lo hubiera dicho? Este descubrimiento no era el colofón de la gran noticia.
Fue todo natural
¿Cuáles eran las probabilidades de que una pareja perfectamente sana, sin antecedentes de tratamientos de fertilidad ni ninguna otra interferencia médica, quedase embarazada de cuatro embriones?
¿Cómo se le puede explicar a una pareja perfectamente normal que no había ninguna justificación para este fenómeno? Sí, era improbable que Bethani tuviera cuatro hijos, pero improbable no es imposible. La vida puede ser improbable a veces.
¿Qué probabilidades había?
Cuando una mujer se somete a un tratamiento de fertilidad, se utiliza más de un embrión, por lo que es probable que acabe teniendo varios bebés, pero este no era el caso de Bethani.
Cuatro montones de felicidad esperaban ahora a nacer, y Bethani y Tim no tenían mucho que hacer al respecto, salvo aceptar esta bendición y prepararse (tanto como pudieran) para el futuro.
¿Cómo podían prepararse?
Ahora bien, organizar la casa y prepararse para los cambios que conlleva un nuevo bebé ya es bastante abrumador. ¿Te imaginas los cambios por los que tuvieron que pasar Bethani y Tim antes de traer a casa a cuatro bebés?
Bethani y Tim tenían previsto ir a la consulta del médico y, por si las últimas noticias no hubiesen sido suficientes, éste tenía unas palabras más emocionantes e impactantes que compartir.
Se les iba de las manos
Lo que estaba a punto de suceder sacudiría su mundo y el de Tim en especial. Esto era incontrolable y sería aún más difícil de superar.
Bethani y Tim iban a tener cuatro bebés, y todos y cada uno de ellos eran niñas. Tim no solo estaba conmocionado y abrumado, sino que ahora también se encontraba en inferioridad numérica, como padre y como varón.
Aún había más
Los días pasaban y Bethani crecía y pesaba cada vez más. Llevaba cuatro bebés y el embarazo parecía eterno.
Lo único que quería era que llegara el día del parto y empezar a recuperarse. El día del alumbramiento estaba a la vuelta de la esquina, y le esperaban algunas sorpresas más.
Hospital Royal Alexandra
La pareja acudió al hospital Royal Alexandra de Edmonton, donde darían la bienvenida al mundo a sus cuatro bebés. Llegarían como una familia de dos y se marcharían como una familia de seis.
Ahora bien, dar a luz es un momento delicado e inestable para la futura madre. Dar a luz a un hijo puede ser traumático, así que tener cuatro fue diez (o cuatro) veces peor.
Semana 33
La salud y el bienestar de Bethani debían ser lo primero; junto con los bebés, por supuesto. Estaba embarazada de 33 semanas, no había llegado a término pero el embarazo estaba lo bastante avanzado como para dar a luz.
Se programó una cesárea, así que al menos la fecha del parto no fue una sorpresa. Esta forma de parto prometía a Bethani y a sus bebés un ambiente lo más seguro posible.
Una especie de magia
La experiencia al completo fue de lo más sobrenatural y mística. En una entrevista, Tim dijo: "Fue como un espectáculo de magia, porque van sacando uno, dos, tres, cuatro... Fue algo surrealista".
El nacimiento de un solo bebé es un milagro en sí mismo, así que el nacimiento de cuatro fue más de lo que uno podría asimilar. Fue una bendición y algo totalmente extraordinario.
Llegó el gran día
Rápidamente, cuatro preciosos bebés vinieron al mundo. El aire se llenó de asombro cuando la nueva familia emprendió su nuevo viaje por la vida.
Colocaron a las cuatro niñas en el moisés y los nuevos padres las contemplaron con ojos maravillados. Poco después, se dieron cuenta de algo que les dejó sin palabras.
Eran todas iguales
Tener un embarazo múltiple era una cosa, pero dar a luz a cuatro bebés idénticos era algo que nadie se esperaba. Eran cuatro niñas y todas tenían el mismo aspecto. Eran un cuarteto idéntico.
Para que esto ocurra tiene que pasar algo fuera de lo común. Las probabilidades son de una entre 15 millones, lo que convirtió a Bethani y Tim en padres muy especiales de unos bebés muy especiales.
Presión para los nombres
Entre todas las dificultades a las que se estaban enfrentando y todos los desafíos que iban a tener que afrontar, había un obstáculo que tenían que sortear antes de ningún otro.
Encontrar un nombre con significado y único puede ser difícil, así que encontrar cuatro nombres fue un gran reto para Bethani y Tim. Al final, llamaron a las niñas Abigail, Grace, Emily y McKayla.
Abigail, Grace, Emily, y McKayla
Bethani dijo en una entrevista que, aunque le parecía un verdadero reto poner nombre a cuatro bebés, sentía que era mucho más fácil que poner nombre a uno solo.
De esta manera, nadie tuvo que hacer concesiones. No tuvieron que reducir sus opciones a una sola y ambos pudieron elegir dos de sus nombres favoritos. Había muchos bebés a los que poner nombre.
¿Cómo podían diferenciarlas?
Al principio, Bethani y Tim estaban encantados y ansiosos por empezar el resto de sus vidas, sin embargo, a medida que pasaban los días, también lo hacían las preocupaciones y la inseguridad. Tener cuatro bebés era más de lo que cualquiera podía soportar.
Bethani estaba preocupada no sólo por el duro trabajo que conllevaba la maternidad, sino por los peligros que podían acaecer. Tener cuatro bebés prematuros no era ninguna broma.
El mayor reto de sus vidas
Los problemas no tardaron en aparecer. Curiosamente, el obstáculo más difícil con el que se toparon fue uno que ninguno de los dos había imaginado.
Por mucho que lo intentaran, los nuevos padres no podían distinguir a sus bebés, todas les parecían idénticas. Era sorprendente y aterrador al mismo tiempo. Bethani y Tim no eran los únicos.
Incubadoras separadas
Como los bebés eran tan pequeños se esperaba que los pusieran en una misma incubadora, sin embargo, la única forma que tenía el personal del hospital de distinguirlos era poniéndolos en incubadoras separadas. Bethani contó en CTN news "Ahora mismo me alegro de que estén separadas para poder distinguirlas".
Bethani se sintió aliviada de que se quedaran en el hospital hasta que se recuperó y pudo distinguir a sus propias hijas. De todos modos, era sólo cuestión de tiempo que cada niña desarrollase sus propias facciones y empezasen a diferenciarse más.
Un arco iris de colores
Las incubadoras eran sólo un elemento que ayudaba a todos a identificar quién era quién. Bethani y Tim idearon una innovadora forma de ayudarles a distinguir a sus hijas.
Simplemente se aseguraron de que cada bebé fuera vestida de un color diferente con accesorios a juego para el pelo. Llevaron esto al extremo pintándoles también las uñas de los pies del mismo color.
Polos opuestos
A medida que pasaba el primer mes, a Bethani le resultaba más fácil distinguir a sus hijas. Cada niña empezó a mostrar su individualidad y sus cualidades interiores empezaron a brillar.
Cada chica tenía un temperamento y una actitud completamente diferentes. Una era tranquila y la otra agresiva y exigente. Una podía ser tranquila y la otra enérgica y más desafiante.
Abuelos al rescate
Bethani y Tim sabían que no lo iban a tener fácil; la vida iba a ser dura y, por suerte, no estaban solos. Para hacerles la vida más fácil, las primeras semanas decidieron irse a vivir con los padres de Tim.
Esto ayudaría a los padres primerizos, también facilitaría las cosas a los bebés y, sin duda, contribuiría a crear un fuerte vínculo entre los cuatro y su abuela. No fue la única ayuda que recibieron Bethani y Tim.
No hay nada mejor que una comunidad
La ciudad de Hythe, en Alberta, tenía una comunidad fuerte y solidaria, y Bethani y Tim estaban a punto de comprobarlo. Los nuevos padres estaban asombrados y abrumados.
La comunidad consiguió recaudar casi 50.000 dólares para ayudar a Bethani y Tim en los primeros meses de una familia de seis miembros y los amigos de Tim crearon un GoFundMe con el mismo fin.
Estaban desbordados y no tenían dónde guardar tanto
Bethani y Tim recibieron tantos regalos que no tenían sitio para guardarlos todos. Por suerte, pudieron acudir a una iglesia cercana y utilizar sus instalaciones de almacenamiento.
Los nuevos padres estaban dando sus primeros pasos en la paternidad, y mientras descubrían el milagro de ser madre y padre, también descubrían lo increíble que era su comunidad.
La inspiración empieza aquí
Bethani y Tim vivieron una experiencia que les cambió la vida y, aunque su aventura se llevó de forma muy privada e íntima, ha sido una inspiración para muchos de los que les rodean.
Los médicos que trataron a la pareja quedaron asombrados por lo que descubrieron, las enfermeras que cuidaron de Bethani les reconfortaron y apoyaron en sus horas más duras, y la familia y la comunidad que les rodeaba les ofrecieron un apoyo extraordinario.
Una vida que apreciar
Una vez más, la vida les enseñó a Bethani y Tim que nunca puedes estar preparado para el siguiente paso, porque nunca sabes cuál será. Solo te tienes a ti mismo, a tu comunidad y a tu Dios para confiar en que todo saldrá bien.
Abigail, Grace, Emily y McKayla nunca fueron planeadas, sin embargo, los pasos menos planificados suelen ser los más valiosos.
Tener un bebé es probablemente una de las experiencias que más te cambian la vida. Para la mayoría de los padres primerizos, la llegada de un solo bebé es una experiencia abrumadora. ¿Te imaginas lo que es tener un embarazo múltiple? No estamos hablando de gemelos, ni siquiera de trillizos, ¡sino de septillizos! Así es, siete bebés en un solo embarazo.
Suena inverosímil, y las probabilidades de que los bebés lleguen a término son extremadamente bajas, pero en ocasiones las mujeres, con la ayuda de los profesionales sanitarios y una atención cercana, son capaces de sacar adelante a estos bebés y traerlos al mundo. A menudo, los tratamientos de fertilidad contribuyen a que las mujeres conciban a sus bebés, así que veamos esta historia en más detalle.
Te presentamos a los padres
En 1996 Bobbi y Kenny McCaughey le dieron la bienvenida al mundo a su primera hija, una preciosa y sana niña.
Creían que su hija era un milagro, ya que Bobbi sufría de problemas en la glándula pituitaria, que pueden causar problemas de infertilidad. Bautizaron a su preciosa hija con el nombre de Mikayla Marie y ya estaban pensando en tener otro hijo.
Tratamiento de fertilidad
Como habían tenido dificultades para concebir a Mikayla, decidieron que para su siguiente hijo se someterían a un tratamiento de fertilidad.
Su médico les recetó un medicamento llamado Metrodin, conocido por favorecer la ovulación necesaria para que una mujer conciba un hijo. Bobbi empezó a tomar la medicación y empezaron a hacer planes para su segundo hijo.
Uno no es suficiente
Bobbi acudió a la consulta de su ginecólogo para hacerse una ecografía, pero ese día le cambió la vida por completo. La prueba reveló que estaba embarazada de siete bebés.
No sólo se trataba de la inmensa noticia de que pasarían de ser una familia de 3 a una familia de 10, sino que este embarazo también suponía un alto riesgo para Bob
Asumiendo el riesgo
A pesar de que eran plenamente conscientes de los riesgos que entrañaba un embarazo tan complicado, y de que Mikayla era una hija sana, Bobbi y Kenny decidieron que no querían elegir a uno de sus bebés por encima de otro y que querían seguir adelante con el embarazo de la forma más natural posible.
En el mundo sólo ha habido unos 40-50 nacimientos como resultado de un embarazo de 7 bebés. Aunque muchos septillizos no han sobrevivido al parto o a la infancia, al menos 3 grupos de septillizos han sobrevivido más allá de la infancia.
Mucha atención
Una vez decidieron quedarse con los siete bebés, empezó a difundirse la noticia de este singular embarazo. La historia de esta pequeña familia y sus septillizos fascinó a los medios de comunicación de todo el país.
No todas las personas que se enteraron de la noticia eran partidarias de que tuvieran los siete bebés, pero Bobbi y Kenny confiaban en su determinación de que todo saldría bien.
Manos amigas
Las personas que conocían a la familia, así como las que no, decidieron ofrecer su ayuda a los McCaughey. Al fin y al cabo, el nacimiento de siete hijos a la vez es un acontecimiento extraordinario para cualquier familia.
La marca Kraft regaló a la familia una provisión de "man n cheese" que les duraría varios años, recibieron cajas y cajas de pañales, algunos se ofrecieron a ayudar en casa como niñera o canguro y, sorprendentemente, se les donó una casa de 1.500 metros cuadrados. La familia estaba estupefacta ante la amabilidad y generosidad de las personas que conocían y, aún más, de las que eran completos desconocidos.
Con los nervios a flor de piel
Los meses y semanas que precedieron al parto no sólo fueron emocionantes, sino también aterradores y, como era de esperar, estresantes.
Bobbi tuvo que hacer todo lo posible por mantener la calma y relajarse, ya que a los médicos les preocupaba que el estrés sobre el embarazo pudiera provocar un parto prematuro. En su fuero interno, Bobbi y Kenny sabían que las cosas podían no salir bien, pero intentaron permanecer positivos y creer que todo saldría bien.
Llegaron los bebés
Los McCaughey dieron la bienvenida al mundo a tres niñas y cuatro niños, los septillizos. Con siete bebés sanos, los padres tenían que poner nombre a su prole.
Al bebé más grande lo llamaron Robert, y a los demás chicos les pusieron Kenny (Kenneth), Nathan Roy, Brandon James y Joel Steven. Las niñas se llamaron Alexis May, Natalie Sue y Kelsey Ann, que fue el bebé más pequeño. Son muchos nombres para recordar.
El personal del parto
Por supuesto, los bebés nacieron con la ayuda del personal del hospital. Todos los médicos, enfermeras y personal de maternidad sabían que estaban haciendo historia en Estados Unidos al ayudar a dar a luz al primer grupo de septillizos sanos.
Unos días después de los partos, todo el equipo que participó se reunió para hacer una foto de grupo.
Acampados a la puerta
Dado que se pidió a Bobbi y Kenny que acudieran al hospital nueve semanas antes de la fecha prevista para dar a luz a los bebés, los canales de noticias desconocían que los nacimientos tendrían lugar en el Iowa Methodist Hospital Center de Des Moines.
Todos los canales querían conseguir la primera foto de los recién nacidos. Sin embargo, como descubrirían más tarde, tendrían que esperar algún tiempo para poder echar un vistazo a los septillizos.
Dejando el hospital
En sus primeros días, los bebés necesitaron muchos cuidados y, al cabo de tres meses y diez días, los siete estaban lo bastante sanos como para poder irse a casa.
Los equipos de noticias conseguirían por fin la foto que tanto ansiaban. Mientras Bobbi y Kenny cargaban a los siete bebés en su nueva furgoneta familiar, los periodistas y fotógrafos tomaron una instantánea de los septillizos con sus padres. Hubo muchas sonrisas y algunas lágrimas mientras los McCaughey volvían a casa.
Extra seguro
Para asegurarse de que la familia pudiera volver a casa sana y salva, la policía montó un puesto de vigilancia en el exterior de su casa para que los McCaughey pudieran llegar y entrar en su domicilio sin molestias.
En un principio llevaron a los bebés a la antigua casa de Bobbi y Kenny, pero muy pronto se mudarían a su flamante nueva casa.
Publicidad
Había mucho interés en la familia McCaughey y, al principio, Bobbi y Kenny pensaron que sólo eran periodistas locales los que informaban sobre su historia.
A medida que se difundía la noticia, cada vez más gente se interesaba por los septillizos, y en diciembre de 1997, apenas un mes después del nacimiento de los bebés, Bobbi y Kenny aparecieron en la portada de la revista "Time".
Noticias de la ABC
Fue ABC News Prime Time la primera en tener pleno acceso a la familia en una exhaustiva entrevista y un reportaje.
Se había informado mucho sobre el nacimiento de los septillizos, pero en gran parte se trataba de periodistas que repetían lo que otros ya habían escrito sobre la familia McCaughey. ABC fue la primera en conseguir una entrevista con la familia.
Las rosas tienen espinas
Aunque la mayor parte de los reportajes sobre los septillizos fueron positivos y de apoyo a la familia, no faltaron algunos negativos.
Algunos tacharon a la familia de irresponsable por tener demasiados hijos, alegando que la cantidad de residuos generada por tantos bebés podría ser perjudicial para el medio ambiente. Pero a los McCaughey no les importaba nada podía empañar la felicidad de tener siete nuevos bebés.
Los quintillizos
En 1934 nacieron los quintillizos Dionne en Ontario, Canadá. Su madre, Elzire Dionne, fue objeto de muchas críticas por el modo en que criaba a sus hijos.
Los niños estaban sometidos a mucha atención por parte de la prensa, llegó a describirse como un circo. Los quintillizos, que ya eran adultos cuando nacieron los septillizos, advirtieron a los McCaughey de que la prensa no se inmiscuyera demasiado en la vida de los niños e instaron a Kenny y Bobbi a que trataran de ser lo más reservados posible.
Una lavadora tras otra
Como puedes imaginar, un recién nacido ensucia mucha ropa. Ahora piensa en el desorden que pueden generar siete bebés.
Al parecer, los McCaughey ponían una media de 17 lavadoras a la semana y, como habían intentado mantener su vida lo más privada posible, muchas de las tareas domésticas las realizaban ellos solos. Por suerte, tenían dos lavadoras y dos secadoras para ayudarles con las montañas de ropa sucia.
A granel
Siete bebés no sólo generan una gran cantidad de ropa sucia, sino que entre todos utilizaban una media de 52 pañales al día, además de engullir unos 42 biberones.
Esto le costaba mucho dinero a los McCaughey, y finalmente Bobbi y Kenny decidieron que necesitaban idear una estrategia para gestionar su numerosa familia.
Aprendiendo a usar el orinal
Enseñarles a utilizar el orinal a todos también iba a suponer un arduo trabajo. Con su primera hija, Mikayla, consiguieron enseñarle a ir al baño en cuatro días.
Con los septillizos sabían que les llevaría mucho más tiempo, conseguir que todos aprendieran a ir al baño podía llevarles incluso meses.
Voluntarios
Dicen que se necesita un pueblo entero para criar a un niño, y este fue sin duda el caso de los septillizos. Los McCaughey contaban con unos setenta voluntarios que ayudaban en las tareas domésticas y cuidaban de los pequeños.
Habría aproximadamente ocho o nueve personas cambiando pañales, alimentando y, en general, asegurándose de que los bebés estuvieran contentos y atendidos.
Hermanas
No sólo contaron con la ayuda de voluntarios y de la comunidad. Los McCaughey también contaron con la ayuda de sus familias.
Aquí podemos ver una foto en la que la hermana de Bobbi, Michelle, comparte un momento especial con uno de los bebés. La ayuda que Bobbi y Kenny recibieron de sus seres queridos fue de gran valor para ellos, y no podrían haberlo conseguido sin ellos.
La hermana mayor
Había un familiar en particular que quería ayudar en todo lo que pudiera.
Mikayla, la hermana mayor, siempre intentaba estar cerca para jugar con los bebés, ayudar a la hora de comer y, en general, ayudar a sus padres en todo lo que pudiera con sus siete hermanos pequeños.
Plan "B"
Antes hemos mencionado que los McCaughey decidieron que necesitaban una buena estrategia para minimizar sus gastos. Empezaron con un par de trucos sencillos; el primero era que compraban al por mayor, ya que con tantos bebés sabían que acabarían necesitándolo.
También empezaron a estudiar las ofertas especiales de los supermercados locales. En una ocasión, Bobbi compró 15 kilos de hamburguesas. Consiguieron reducir su gasto mensual a unos 300 dólares, lo que suponía una buena reducción con respecto a sus facturas anteriores.
Mano para las plantas
Los McCaughey tuvieron otra idea para reducir sus gastos mensuales. La familia empezó a cultivar sus propias frutas y verduras, que no sólo eran ecológicas, sino ¡gratis! Mucho más baratas que sus equivalentes en el supermercado.
Estas frutas y verduras frescas también estaban disponibles en su patio trasero, les resultaba de lo más natural cuidarlas y cosecharlas. Ayudaba a reducir el coste de la compra de alimentos y era estupendo para el medio ambiente. Es una pena que no se pudieran permitir tener una vaca también.
Revisiones
Tener un solo bebé requiere muchos cuidados y atención, pero asegurarse de que los siete bebés comen y duermen lo suficiente, así como limpiarlos y cambiarlos, es muchísimo trabajo.
Los bebés también tenían que acudir periódicamente a revisiones médicas. Revisar a siete bebés a la vez requiere mucho tiempo.
La comida más importante
A todos los bebés les encantaba el desayuno, lo cual es genial porque, como todos sabemos, es la comida más importante del día.
Seguro que requerían grandísimas cantidades de lo que fuera que comiese.
Criptofasia
Había un vínculo evidente entre todos los bebés y, a medida que crecían, empezaron a crear su propio lenguaje.
Este fenómeno no es exclusivo de los McCaughey y suele darse entre gemelos y trillizos, o incluso entre hermanos con edades similares. Se denomina criptofasia, pero los niños también hablaban inglés.
Celebrando los cumpleaños
Cada año en su cumpleaños, la familia aprovechaba la ocasión para celebrar los hitos de los septillizos.
También fue una oportunidad para dar gracias a Dios por ayudar a sus bebés y convencer a los McCaughey de que habían tomado la decisión correcta al quedarse con todos sus bebés. Al fin y al cabo, su increíble familia era prueba de ello.
Vestirlos
A medida que los niños crecían, lo hacían a ritmos diferentes. Algunos eran más fuertes, otros más bajitos, pero siempre debemos recordar que nunca debemos comparar a un niño con otro.
A pesar de ello, Bobbi y Kenny decidieron vestir a los niños iguales y a las tres niñas con el mismo conjunto. Sin embargo, no todos los niños tenían el mismo tamaño de pies, por lo que todos necesitaban sus tallas de zapatos correspondientes.
Ropa para septillizos
Siete bebés necesitan mucha ropa, y pagarla les costaba a los McCaughey enormes cantidades de dinero. Fue entonces cuando ocurrió algo asombroso.
Carters, la marca de ropa infantil, dijo que suministraría ropa para todos los bebés hasta que cumplieran los cinco años. Este fue solo otro ejemplo de la increíble generosidad mostrada hacia Bobbi, Kenny y su familia.
Presidentes
La noticia de los bebés alcanzó las más altas esferas. Cuando nacieron los septillizos, el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, llamó para felicitar a la familia.
Años más tarde, los niños conocerían al siguiente presidente, George W. Bush.
El cumplido de Clinton
Tras el nacimiento de los septillizos, cuando Bill Clinton llamó para felicitar a Bobbi y Kenny, le dijo que cuando los siete niños fueran por fin a la escuela, ella podría conseguir un trabajo dirigiendo una gran empresa en Estados Unidos.
"Serás una de las mejores directivas de Estados Unidos", dijo el presidente Clinton a Bobbi.
Personalidades diferentes
A medida que los septillizos fueron creciendo, desarrollaron personalidades singulares que los diferenciaban unos de otros. A Brandon se le considera valiente e incluso un poco testarudo.
Kenny Junior es el bromista del grupo, mientras que Joel y Natalie prefieren sentarse tranquilamente a leer.
El travieso
Kenny Junior no sólo es el gracioso, sino que también le gusta hacer travesuras. Tanto es así, que Bobbi le llama el "explorador en miniatura" ("pint-sized explorer").
Es maravilloso ver que a cada niño se le permite crecer y convertirse en la persona que quiera ser.
Noche de cita
Con una casa llena de ocho hijos puede resultar difícil ocuparse de uno mismo y de su relación.
Bobbi y Kenny pensaron que era imperativo dejar una noche libre para pasar juntos el tiempo a solas que tanto necesitaban. Se reservaron la noche de los viernes como su noche de cita.
La percepción de los padres
Cada uno de los niños tenía sus propias características, y sus padres adoptaban cada uno de los rasgos de su personalidad.
Nathan es "decidido" mientras que Kelsey es una "fashionista deportiva". Joel es "tranquilo y reflexivo", algo similar a Alexis, que es "dulce y perspicaz". Brandon es "extrovertido y atlético", Natalie es una "perfeccionista de alto rendimiento" y Kenny Jr, que fue mencionado como un travieso, es descrito por sus padres como un "buscavidas".
Un viaje especial
Las familias tienen un ritmo frenético y quizá el de los McCaughey fue superior al de la mayoría. A pesar de ello, es importante dedicar tiempo de calidad a la familia y disfrutar de momentos de descanso.
Se llevaron a toda la familia, incluida Mikayla, a Disney World, en Orlando.
En la portada
Como motivo de su octavo cumpleaños, los niños aparecieron en la portada de "Ladies' Home Journal".
En la revista también se incluyó un artículo en el que Bobbi y Kenny respondieron preguntas con las que esperaban ayudar a aquellas personas que iban a ser padres primerizos pronto.
George W. Bush
En 2001, invitaron a los McCaughey a conocer al presidente George W. Bush. Para Bobbi y Kenny era un gran acontecimiento, así que se aseguraron de que tanto ellos como todos los niños fueran vestidos adecuadamente.
Con los niños pequeños ocurre que unos se interesan más que otros, aunque no creemos que se dieran cuenta de con quién estaban reunidos en ese momento.
Demasiada atención
Cuando nacieron los niños, los medios de comunicación se fijaron mucho en ellos, y Bobbi y Kenny podrían haber decidido permitir que se hiciera un reality show sobre sus vidas, como ocurre en otras familias con muchos hijos, o con grupos de hijos poco comunes.
Pero los McCaughey decidieron no hacerlo. Sin embargo, en algunas ocasiones los niños aparecieron en la prensa y la televisión.
"The Today Show"
Para toda regla hay excepciones, y aunque en general los McCaughey no querían cámaras en su casa, la excepción era el cumpleaños de los niños.
Para su 13º cumpleaños, Bobbi y Kenny permitieron que Ann Curry, presentadora de "The Today Show", acudiera a conocer a los niños en un reportaje especial. Cada niño tuvo su propia tarta con 13 velas. Como periodista, fue un momento muy emocionante, dijo Ann entonces.
Los años de instituto
En 2012 los septillizos empezaron el instituto y se matricularon en el instituto Carlisle High School de Carlisle, en Iowa.
Como ocurre con la mayoría de las cosas que hacen, el primer día recibieron mucha atención, pero a medida que pasaba el tiempo y cada uno de ellos se iba adaptando, empezaron a tener éxito en sus estudios.
Estilo bufet
Alimentar siete bocas lleva mucho trabajo, sobre todo cuando ya no es sólo leche. Bobbi y Kenny empezaron a servir las comidas como bufets.
La comida era impresionante; y lo que es más, a medida que los niños crecían, también ayudaban a prepararla. Resulta que nunca puedes tener demasiados cocineros en la cocina.
Dando pasos
Nathan, sin embargo, estaba decidido a seguir adelante sin ayuda, algo que hasta entonces se había visto obligado a hacer. Sintió que no quería verse limitado por su enfermedad y aprendió por sí mismo a caminar sin la ayuda de su andador.
Cada día avanzaba un poco más, con esa determinación estaba destinado a triunfar. Hablando sobre el tema, dijo: "Me enseñé a mí mismo a andar porque realmente quería aprender. Cada vez lo hago mejor".
Causando sensación
Alexis tampoco dejó que su enfermedad la limitara. Puede que siga sufriendo al caminar, pero no se define por ello y se trata de una persona con muchos talentos.
En 2013, Alexis ganó el premio "Teens Miss Dreams Come True" demostrando lo talentosa que era. Además, Alexis demostró que su don también era académico, ya que terminó el año entre los 15% mejores de su clase.
Cerrando el círculo
Ver a siete de sus hijos graduarse al mismo tiempo en el instituto debió ser muy emotivo para Bobbi.
Recuerda cómo iban todos con sus conjuntos de graduación, toga y birrete incluidos, dice que "Es triste ver cómo algunas cosas terminan, pero hay muchas más que están por llegar". ¿Qué les espera ahora a los septillizos?
Quedándose cerca
Dos de los septillizos, Alexis y Kenny, se matricularon en la universidad de su localidad, Des Moines, lo que les vino muy bien a Bobbi y Kenny, ya que les permitía estar cerca.
Alexis sueña con ser profesora, por lo que trabajó excepcionalmente duro durante su carrera universitaria y se graduó como la mejor de su clase. ¡No hay límites!
El soldado
El camino de Brandon le llevó a alistarse en el ejército estadounidense. Era algo con lo que soñaba desde que era pequeño, con tan solo tres añitos ya lo tenía pensado.
Brandon triunfará en lo que elija, ya que está claramente dotado y le han ofrecido una beca para estudiar en la universidad de su localidad. Sin embargo, decidió hacer carrera en el ejército y ahora es un experto en puntería con pistola y con armas de carbono.
Trabajar para la familia
En el caso de Kenny junior, siguió un camino diferente. Cada uno de los septillizos tiene su propia personalidad e identidad.
Kenny quería dedicarse a la carpintería y hasta ahora ha tenido bastante éxito. Sin embargo, su pasión por la carpintería iba unida a su generosidad.
Los estudiantes
Cuando su hermana mayor Mikayla tuvo su primer hijo, Kenny Jr. se encargó de crear un regalo para la familia de su hermana que pudieran conservar para siempre.
No se trataba de una simple figura decorativa, sino que diseñó y fabricó una mesa de cocina con bancos a los lados. Un gran regalo por parte de un hermano pequeño.
El educador
Cuando nacieron los septillizos el Estado de Iowa tuvo un gran gesto de generosidad con ellos, les prometió a todos ellos cubrirles los estudios universitarios en cualquier universidad estatal.
Cuatro de ellos decidieron aceptar esta oferta, y Natalie, Nathan, Kelsey y Joel se matricularon en la Universidad Hannibal-LaGrange de Missouri, donde siguen estudiando actualmente. Aunque estén lejos de casa, Bobbi y Kenny tienen la tranquilidad de que al menos están todos juntos en la misma universidad.
La música
Kelsey, que como hemos mencionado se matriculó en la universidad Hannibal-LaGrange, eligió especializarse en la carrera de música. Tiene muchísimo talento y estamos deseando ver qué logros alcanza.
La música parece ser su vacación, y si pone pasión y esfuerzo todo el mundo podrá ver su enorme talento en sus conciertos.
Demasiado unidos para separarse
Tras graduarse, les hicieron a los septillizos una entrevista para la televisión. Ya estaban bastante acostumbrados a los focos y las preguntas, en esta ocasión les preguntaron si les preocupaba perder el estrecho vínculo que habían construido ahora que ya no van a vivir bajo el mismo techo.
Respondieron diciendo que como septillizos tienen un vínculo irrompible y que siempre estarán unidos, sin importar la distancia.
Síndrome del nido vacío
Una vez se fueron todos los niños buscando su propio camino, Bobbi y Kenny miraron a su alrededor, estaba todo vacío y en silencio y se dieron cuenta de lo diferentes que iban a ser las cosas desde ese momento.
No querían impedir a ninguno de sus hijos que cumplieran sus sueños, pero tendrían que acostumbrarse a ese nuevo sentimiento y al silencio.
La hermana mayor
No podemos olvidarnos de Mikayla, la hermana mayor, a la cual también quieren y animan para que siga sus sueños.
Mikayla estudió en la universidad de Des Moines y posteriormente continuó sus estudios en la Universidad Estatal de Arizona. Mikayla está casada y tiene un hijo. Esperamos que tener septillizos no sea algo hereditario.
¿Qué pasa con papá?
Con una casa vacía y mucho tiempo libre, algunos padres encuentran este cambio deprimente. Kenny McCaughey se negó a ello y decidió que era el momento perfecto para adoptar un huevo hobby, las motos.
Kenny las desmonta y luego las vuelve a reconstruir. También ha aprovechado la oportunidad para recorrer el país en moto y está deseando explorar más en el futuro.
Demasiado grande
La casa que les donaron cuando nacieron los septillizos ahora es demasiado grande para la pareja sola, así que parece que han decidido venderla para mudarse a una más pequeña.
Tenemos la duda de qué pasará si en algún momento todos deciden volver y quedarse para una pequeña reunión. Seguro que encuentran una solución.
Encontrar un comprador
Hasta febrero de este mismo año los McCaughey no han encontrado un compadro para la enorme casa familiar de siete habitaciones y cinco baños. Los nuevos y afortunados compradores van a recibir una casa llena de recuerdos, amor y felicidad.
Bobbi y Kenny ya pueden trasladarse a su nueva casa también.
Esquivando una bala
Cuando Bobbi y Kenny echan un vistazo atrás hasta la difícil decisión que tuvieron que tomar, no pueden estar más agradecidos de haber seguido adelante, tuvieron siete hijos maravillosos que ya han crecido y se han convertido en adultos hechos y derechos.
Después de todo, se sometieron a un tratamiento de fertilidad por algo, y mira el gran resultado que recibieron.
Abogados
Se trataba de una decisión que hubiese resultado difícil para cualquier padre y fue su pequeño milagro que finalmente nacieran todos, nadie podría negar la valentía que tuvieron Bobbi y Kenny de seguir adelante con un embarazo de siete bebés.
Dicho esto, si le preguntas a Kenny que opina sobre todo esto te dirá: “Ven a casa y dime Cuáles son los cuatro que no debería haber tenido”.
Su propio libro
Poco después de que nacieran los septillizos, los McCaughey decidieron que querían escribir y publicar un libro en el que contar sus experiencias.
El libro se titula "Seven from Heaven" y un tema importante que es evidente en todo momento es la fe y la creencia en Dios de Bobbi y Kenny. Tienes la sensación de que la religión ha jugado un papel importante en traerles esperanza y felicidad cuando las probabilidades estaban en su contra.
Una colección
Desde el principio decidieron que no querían que los niños estuvieran demasiado expuestos al público. Sin embargo, en 2001 llegaron a un acuerdo con Gamma Press para fotografiar a los niños una vez al año, con motivo de su cumpleaños, como crónica de su evolución.
Fue un acuerdo inteligente, ya que la familia puede recordar la imagen del cumpleaños de cada año. El honor recayó en Polaris Images.
Jugando al aire libre
Tener un septillizo no es algo normal, por lo que mucha gente suele preguntar si tuvieron una infancia normal. Bueno, jugaron y pudieron ser creativos, tuvieron un entorno familiar acogedor y jugaron juntos.
A veces sólo querían jugar en el jardín o sacar sus juguetes fuera, pero eso es normal en cualquier niño.
A través de los años
Seguro que te estás preguntando si los partos múltiples serán cosa de familia. La respuesta es que se trata de algo improbable, ya que Bobbi y Kenny tuvieron sus milagrosos septillizos tras someterse a un tratamiento de fertilidad.
Por lo tanto, esto no influirá en la composición genética de cada niño, y lo más probable es que tengan embarazos normales sin gemelos, trillizos o, nos atreveríamos a decir, septillizos.
¿Tendrán gemelos?
Hay una valiosa lección que aprender en todo esto. Si preguntáramos a los McCaughey si cambiarían algo de haber tenido septillizos, la respuesta sería: no. Sienten que tuvieron una gran suerte y, aunque a veces las cosas fueron difíciles, nunca eludieron sus tareas o responsabilidades.
Te dirían que, si quieres algo, tienes que luchas por conseguirlo, y nunca se sabe, puede que acabes recibiendo más de lo que esperabas.